Se tratan los problemas primarios de la boca, dientes y otras estructuras. Suele ser contacto inicial del paciente con el profesional odontológico. Realizamos un diagnóstico inicial, identificando los principales problemas en la boca, para derivar correctamente al profesional correspondiente.

Prevención: la mejor solución a un problema es que no aparezca. En la Clínica Dental Retiro Akselrad te enseñamos cómo cuidar tu boca para evitar la aparición de patologías. Recomendamos, generalmente, al menos una revisión anual de tu boca.

Caries: Es un proceso bacteriano crónico, que sin tratamiento, lleva a destrucción de los tejidos duros del diente. Para tratarla eliminamos el tejido enfermo y realizamos una obturación. En ocasiones es necesario recurrir a una endodoncia realizada por nuestro especialista.

Gingivitis: inflamación superficial de la encía. El sangrado es su principal señal de alerta. Las causas más habituales son la mala higiene dental, junto con cambios fisiológicos (como el embarazo), enfermedades como la diabetes, factores retentivos de placa como dientes desalineados, empastes y prótesis antiguas o desadaptadas.

El tabaco es un factor determinante para el inicio y progresión de las enfermedades periodontales, genera mucho daño, e incluso es capaz de ‘‘camuflar’’ determinadas señales de alerta como el sangrado de encías.

Si no se trata adecuadamente puede progresar a periodontitis, tratamiento que realizará nuestro especialista en periodoncia.

¡Una vez establecidos los objetivos, solo queda ponerse a trabajar! Consideramos la atención odontológica como un trabajo en equipo.

Esta rama de la Odontología tiene como objetivo tratar los problemas pulpares que puedan aparecer en un diente (el comúnmente llamado «nervio del diente»).

El tratamiento de endodoncia, principalmente, puede ser necesario en las siguientes situaciones:

• Una caries que ha llegado a la pulpa o ha producido la necrosis de la misma.
• Un diente que, debido a un traumatismo sufre problemas pulpares.

Este tratamiento no consiste en ‘matar el nervio’ sino en desinfectar el sistema de conductos del interior del diente y tiene como objetivo principal el mantenimiento del mismo, siendo la alternativa a la extracción.

Bajo anestesia local, se accede a dicho sistema (conductos principales, conductos secundarios, plexos, istmos…) se desinfecta y elimina el tejido afectado, y tras ello, se coloca un material de sellado que mantiene el espacio estanco para evitar la recolonización bacteriana.

Al desvitalizar el diente, además de la cantidad de estructura perdida por la caries o traumatismo, éste se ve debilitado, por lo que puede ser necesario la realización de pernos de refuerzo, incrustaciones o coronas para rehabilitar el diente. La opción idónea será valorada por el especialista.

El diente endodonciado, al no poseer del mecanismo de dolor por el cual un diente alertaría de un problema, requiere la realización de revisiones periódicas junto con el resto de la boca, buena higiene y evitar alimentos muy duros.